domingo, 12 de mayo de 2013


Las mujeres mexicanas brillan en el deporte.


Nombres como Iridia Salazar, Belem Guerrero, María Espinoza, Paola Espinosa, Tatiana Ortiz, Ana Gabriela Guevara y Lorena Ochoa han puesto en alto el nombre de México en distintas disciplinas.



(Marzo, 2011-03-08).- Las deportistas mexicanas han conseguido, con base en esfuerzos, sacrificios y de arduos entrenamientos, sacar la casta por el país a nivel mundial. En años recientes, los resultados más importantes que han dejado huella en el orbe los han conseguido las féminas. 

Por ello, en el Día Internacional de la Mujer, se les recuerda. Aunque algunas veces el apoyo no llega inmediatamente, al final, los años de esfuerzo se ven recompensados con las preseas olímpicas, mundiales, centroamericanas y panamericanas, que las llenan de alegría. No se olvida que la esgrimista María del Pilar Roldán fue la primera mexicana que logró una presea olímpica en la justa de México 1968.
Mientras que la primera medalla de oro femenil la consiguió la pesista Soraya Jiménez en Sidney 2000, resultado que le permitió ingresar en los anales del deporte nacional
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En Atenas 2004, México logró cuatro de medallas, de las cuales tres fueron con el talento femenil, en donde la ex taekwondoín Iridia Salazar se llenó de bronce, dos de plata se lograron con la ex velocista Ana Gabriela Guevara y la ex ciclista Belem Guerrero.
Para Beijing 2008, la taekwondoín María Espinoza subió a lo más alto del podio en la división 73 kilogramos, y la dupla de clavadistas conformada por Paola Espinosa y Tatiana Ortiz, logró el bronce en la plataforma de 10 metros sincronizados.

Cabe señalar que Espinoza es un ejemplo de tenacidad, la cual le permitió ser la primera mexicana que consigue todas las medallas de oro posibles, las cuales se adjudicó en el Campeonato Panamericano de 2010,  en el Mundial de 2007, en los Juegos Panamericanos de 2007, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2010 y en los Olímpicos de 2008.

Por su parte, la ex ciclista Belem Guerrero y la ex velocista Ana Guevara subieron en varias ocasiones a los podios internacionales, se llenaron de triunfo y labraron su nombre con letras de oro, plata y bronce, tanto en Copas del Mundo, como Olímpicos.

Las atletas paralímpicas también han destacado. Amalia Pérez, especialista de  powerlifting tiene a su hija Melissa, una pequeña de siete años con la que comparte sus logros, medallas paralímpicas y triunfos internacionales. Y en el terreno profesional el nombre de Lorena Ochoa está inscrito con letras de oro, pues la jalisciense, hoy retirada para dedicarse a su vida personal, fue la Número Uno del Mundo por tres años. En siete años en la LPGA, ganó 27 torneos –dos Majors–. A todas ellas una felicitación y un agradecimiento por poner en alto el nombre de este país, en el cual las mujeres son mayoría –57 millones 481 mil 307, por 54 millones 855 mil 231 hombres.



Opinión: El tener representantes mujeres en los deportes nos muestra las ganas que tenemos de que nuestra voz sea escuchada y que se pueda mostrar que tenemos mismos derechos y capacidades que los hombres que incluso somos capaces de superarlos.  Indiscutiblemente sentidos un enorme orgullo por saber que como mexicanas les podemos transmitir a otros países que somos personas con una enorme fuerza de voluntad y amor a lo que hacemos, que no únicamente servimos para labores de casa ni al cuidado de infantes si no que podemos salir de esos trabajos habituales para realizar otros no tan habituales en donde podemos toda la entrega posible que nuestro cuerpo nos de.
Es importante que las mujeres no se llenen de barreras al creer que por el deporte que ellas practican y normalmente es de hombres no puedan llegar lejos y cumplir sus sueños, esos “imposibles” en  su mente deben de desaparecer por completo por que mente obstruida nunca llegara a lograr nada.
Finalmente  espero que mas mujeres incluyéndome podemos llegar lejos infinitamente logrando nuestros objetivos pero sobre todo el lograr sentirnos orgullosas de nuestros logros y por ser quien somos realmente, que nunca debes de bajar la cabeza por alguna adversidad si no al contrario mantenerla en lo alto en  modo de una lucha constante si en algún momento las lagrimas salen que sean de felicidad no de tristeza.
Amémonos como somos y que ese amor nos lleve a luchar por la equidad de género en todo el mundo.











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