Las sirvientas son rateras y los gays anormales
En México tratamos a los “pinches
nacos” con el mismo odio lanzado a los “jotos de mierda” y la desconfianza
hacia las “sirvientas rateras”.
Somos
un país que discrimina al diferente, al débil y al vulnerable. Las raíces de
este fenómeno son antiguas y complejas; este artículo quedaría corto para
desarrollar el tema. No obstante, en el tiempo presente es evidente que existen
responsables, figuras públicas y empresas que alientan el odio, el elitismo y
la segregación.
A
principios de este mes el conductor de Televisión Azteca Daniel Bisogno publicó
un artículo en el diario de espectáculos “Basta!” titulado “¡Malditas
domésticas!”, en el que expresaba: “(…) Llego a la conclusión de que el
personal doméstico que llega a trabajar con los famosos acaba por ser
malagradecido, encajoso, abusivo y ratero”.
El
texto de Bisgono provocó indignación en las redes sociales e incluso 41
diputados federales de todas las fracciones parlamentarias presentaron una
queja ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) por
expresiones que estereotipan, estigmatizan y afectan la dignidad y los derechos
de las trabajadoras domésticas. Si bien las palabras del locutor son una
exaltación del elitismo, no es la única voz de los medios electrónicos que
reproduce este odio. Más bien es la regla.
Veamos,
por ejemplo, el caso del programa “Sabadazo”, transmitido por Televisa, donde
predomina la reducción de la mujer a objeto de placer sexual. La mayoría de la
participación de las conductoras y edecanes tiene como actividades: agacharse
(22 por ciento), bailar (69 por ciento), exhibir escotes (19 por ciento) y
minifaldas (16 por ciento), de acuerdo con un análisis del Consejo Ciudadano
por la Equidad en los Medios de Comunicación.
La
forma en que las mujeres son expuestas en “Sabadazo” viola la Ley General para
la Igualdad Entre Hombres y Mujeres, que establece, entre otros puntos, “la
eliminación de los estereotipos que fomentan la discriminación y la violencia
contra las mujeres”.
Otro
caso: programa “Venga la Alegría”, de Televisión Azteca, reproducido a nivel
nacional de lunes a viernes. Según el Consejo Ciudadano por la Equidad en los
Medios de Comunicación, los estereotipos al hablar de mujeres son,
predominantemente: anoréxica, bella, espectacular, exitosa, frívola, gozadora,
promiscua y superficial.
Una
tercera muestra: “Miembros al Aire”, transmitido por Unicable, de Televisa. De
acuerdo con el monitoreo de dicha organización, predominan las
descalificaciones, los insultos, la objetivización de las mujeres y el
reforzamiento de la masculinidad, así como también la exhibición del sexo
femenino mostrando piernas, traje de baño y poca ropa.
Los
casos mencionados son sólo una pequeña muestra de los contenidos fétidos y
despreciables de la televisión comercial mexicana. Hay mucho más. Al Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminación han llegado entre 2004 y 2012 un total
de 319 quejas y reclamaciones por programas discriminatorios.
Los
casos de discriminación más frecuentes son cometidos contra la diversidad
sexual (193), mujeres (85), personas con VIH (36), indígenas (9) y
discapacitados (9).
Las
causas de discriminación más recurrentes son: preferencias u orientación sexual
(188), género (99), discapacidad (8), y origen étnico (8).
La
iracunda conductora peruana Laura Bozzo, actualmente locutora en Televisa, es
un ejemplo de cómo el odio y las agresiones son parte natural de los programas
de televisión de las cadenas públicas mexicanas. Una de sus frases más
desafortunadas fue cuando rebajó a una mujer: “En este programa siempre hay
víctimas y victimarios, pero la víctima no puede ser una putita”.
Traigamos
a la memoria al locutor de Matutino Express (Foro Tv, Televisa) Esteban Arce,
quien en enero de 2010 se refirió a los homosexuales como personas anormales:
“La única manera de procrear y de reproducirse es a través de juntar una hembra
con un macho, ése es el espíritu y lo natural”.
Y
qué decir del programa radiofónico el Panda Show, donde a las mujeres se les ha
llegado a referir como “cerdas” o “comadronas”.
Similares
estereotipos se repiten en los programas de espectáculo, comedia, telenovelas,
noticieros y hasta informativos deportivos. Ahí están a la luz pública los
espacios: Tv de Noche, Hoy, Los Comediantes, A Cada quien su santo, Cosas de la
Vida…
Los
estereotipos más repugnantes exaltados como el ejemplo de ser exitoso en la
vida. Ser macho, poseer mujeres como si fuesen objetos de lujo, ver a lo femenino
como una minifalda sin cerebro, a la clase trabajadora como ladrona e
ignorantes y a los homosexuales como abominaciones de la naturaleza. Aspirar a
la fama, la riqueza a toda costa, el poder y pasar por encima del otro. Esos
son los valores que transmiten los medios masivos mexicanos.
Los
contenidos reproducidos en los medios masivos ayudan a comprender por qué en
México se cometen un promedio de cinco feminicidios al día (estudio Feminicidio
en México. Aproximaciones, tendencias y cambios, 1985-2009). O por qué entre
enero de 1995 y junio de 2009 se cometieron 705 crímenes de odio por homofobia,
de acuerdo con el Informe de Crímenes de Odio por Homofobia elaborado por la
organización civil Letra S.
Es
claro que, aún con sus fundaciones moralinas y organizaciones de lavado de
conciencias, Televisa y Televisión Azteca no hacen más que lucrar con
contenidos morbosos, podridos y repugnantes, violentando tratados
internacionales y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
Sí,
es verdad, las palabras de Bisogno son indignantes, pero este locutor es sólo
un empleado más de un negocio multimillonario dedicado a reproducir odio,
estereotipos y a rebajar los más preciosos valores humanos.
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